El funcionamiento del termosifón se basa en leyes físicas y naturales sobre el comportamiento del agua. La simple física de la temperatura del agua hace que, una vez caliente, ésta circule por el interior del termosifón hasta llegar al sistema de tuberías del hogar.
En general, este funcionamiento es básico y fácil de entender, por lo que muchos usuarios piensan que reparar un termosifón, o cualquier avería, puede ser una tarea sencilla en comparación con la reparación de otros electrodomésticos que cuentan con una gran variedad de pequeños componentes.
Lo cierto es que a pesar de ser un sistema sencillo, es determinante que sea un profesional el encargado de reparar el termosifón de tus placas solares para poder evitar gastos innecesarios.
Por qué no debo reparar un termosifón sin ser especialista
Empecemos por el principio, el termosifón está compuesto por tres elementos clave: las placas solares, circuito de agua y el acumulador solar.
Este sistema de tuberías se coloca de forma que haya una inclinación para crear una desnivelación entre el punto más alto y el punto más bajo. De esta manera, los paneles solares estarían en la parte más baja para que, cuando se caliente el agua de la parte inferior, ésta suba y provoque el movimiento del agua.
Intentar reparar el termosifón puede generar una incorrecta inclinación del sistema y provocar que las placas térmicas no funcionen correctamente.
Por otro lado, al llevar a cabo la reparación del termosifón de las placas solares térmicas nosotros mismos, sin tener los conocimientos necesarios, podemos dejar pasar por alto averías menos visibles como son pequeñas fugas o pícaduras y que, al final, por no atenderlas a tiempo acarreen un coste más elevado.
Principales averías por las que reparar un termosifón
Como os comentábamos al principio del artículo, el termosifón solar está compuesto por tres elementos: las placas solares, el circuito cerrado y el acumulador térmico. Cualquiera de estas partes puede sufrir una avería, los problemas más comunes suelen ser:
Averías en las placas solares agua
Sobrecaliente: Cuando las placas están expuestas a una alta radiación pueden sufrir sobrecalentamientos e incluso quemaduras. Con este desgaste, las placas dejarán de transformar energía con normalidad.
Rotura: La exposición a la intemperie y las condiciones climatológicas que sufren pueden hacer que las placas reciban golpes y acaben quebrándose.
Desplazamiento: Que la placa se mueva de sitio es más habitual de lo normal. Las fuertes ráfagas de viento puede ser una de las principales causas.
Averías en el circuito cerrado
Anticongelante insuficiente: El anticongelante es el encargado de facilitar el transporte del calor del sol hasta el acumulador. La falta de anticongelante es una de las causas más frecuentes por la que se necesita reparar el termosifón.
Pérdida de presión en el circuito primario solar: Tener una buena presión es necesario para que el agua circule correctamente y llegue hasta los acumuladores solares la energía térmica absorbida.
Aire en el circuito: En el caso de que se cuele aire dentro del circuito, el sistema no funcionará debido a que el aire siempre será más ligero que el agua y ocupará el punto más alto del circuito.
Acumulador térmico
Desgaste del material: Al estar expuesto a las inclemencias del tiempo, además de los cambios bruscos de temperatura, la fuerza del viento y otros elementos dañinos.
Teniendo en cuenta estas situaciones, reparar un termosifón sin contar con la asistencia de profesionales puede generar un coste superior a futuro. Desde Dankesol recomendamos un mantenimiento del termosifón periódico que permita atender posibles averías con tiempo. Ponte en contacto con nosotros y te informaremos sin compromiso.
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